Fundación Bancaja ha puesto en marcha una nueva edición de sus talleres de arte para personas con discapacidad ApropiArte, un programa que tiene como objetivo mejorar la calidad de vida de este colectivo a través del arte, utilizando técnicas y materiales adaptados a cualquier discapacidad.
En esta ocasión, el taller está vinculado a la muestra 1900. El origen del arte publicitario, que se expone actualmente en el Centro Cultural Bancaja de Valencia. La exposición recoge una selección de un centenar de carteles publicitarios, pertenecientes a la colección del Museo Nacional D’Art de Catalunya y firmados por una nómina de 46 artistas internacionales y españoles, que protagonizaron la irrupción de esta tendencia artística en los años del cambio de siglos XIX a XX.
Los monitores guían previamente a los participantes en una visita por la exposición, con el objetivo de realizar un recorrido por las imágenes de la muestra y potenciar así su contacto con la realidad. Después, una vez en el taller, se trabaja con algunas de las obras expuestas más allá de la información visual, trabajando las texturas y adaptándolas así a cualquier tipo de discapacidad. Para ello, cada participante dibuja la obra sobre una pieza de caucho que después plasma sobre un lienzo para colorearlo. Al finalizar la obra, cada participante se queda la pieza realizada de recuerdo de su paso por el taller.
El taller ApropiArte fomenta de este modo la creatividad, la imaginación y la autoestima de las personas con cualquier tipo de discapacidad. Desde la creación de los talleres ApropiArte, en 2010, han pasado por la actividad a lo largo de sus dos ediciones 2.218 personas con diferentes discapacidades, que han tenido la oportunidad de crear su propia obra de arte.
Durante la actividad en 2011, el taller tuvo como figura central a Pablo Picasso, ofreciendo la oportunidad a los participantes de crear su propia versión del autorretrato del pintor malagueño, trabajando los colores y los rasgos. En la anterior edición, esa reinterpretación artística se centró en la obra Las Meninas, de Velázquez, a partir de la que cada uno de los visitantes al taller creaba su propia Menina, a la que aplicaba diferentes técnicas, dependiendo de sus preferencias y de sus posibilidades físicas.