El fotógrafo valenciano Alberto Pla y la organización de la sociedad civil TECHO, con la colaboración de la Fundación Bancaja, presentan la exposición ‘El Corazón de Haití’, una muestra que permanecerá abierta al público en el Centro Cultural Bancaja hasta el 11 de marzo y que reúne una selección de fotografías y un documental sobre la lucha diaria del pueblo haitiano.
Alberto Pla documentó, entre finales del mes de septiembre y noviembre de 2013, la labor que realiza la organización TECHO en Haití, que involucra alrededor de 200 voluntarios repartidos en varios proyectos educativos, sanitarios y agrícolas, entre otros. Ahora, podemos descubrir su trabajo en esta exposición.
- Alberto, cuéntanos, ¿qué vamos a poder ver en esta exposición?
Veremos a voluntarios locales. Haitianas y haitianos trabajando conjuntamente con las comunidades en las que TECHO realiza proyectos de desarrollo. Esto, que a priori puede parecer aburrido, resulta maravilloso. Personas que han decidido tomar las riendas de su país ayudando a otras personas en situaciones muy precarias para girar el rumbo del país hacia un futuro esperanzador.
- Nos gustaría que nos drescribieras cuál fue tu sensación al llegar a Haití.
Aterrizo, hace un calor asfixiante, junto a mi decenas de cooperantes. Todos vestidos con la correspondiente camiseta con el logo de su organización. Antes del control de aduana nos da la bienvenida un grupo de konpa (la música típica haitiana). Consigo salir del aeropuerto sin mayores problemas y nada más pisar Puerto Príncipe se te agolpan decenas de porta-maletas deseosos de ganar unas gourdas (la moneda local haitiana). El viaje hacia mi residencia es tranquilo, no se percibe a penas rastro del terremoto. Todo está reconstruido, o al menos, no quedan escombros. La sensación es de calma, pero entre la ventanilla del coche que me traslada se percibe claramente como, si bien no hay que reconstruir, todavía queda mucho por hacer.
- En 2010, las imágenes del terremoto en el país dieron la vuelta al mundo y conmocionaron a toda la sociedad. Más allá de esa visión, ¿qué es y qué tiene Haití que no conozcamos?
Artistas. Los hay a montones. Pintores, escultores, cantantes… Gente emprendedora, luchadores, soñadores… La gente es el alma de Haití. Las playas son su fuerte. Haití es caribeña, lúcida, pintoresca. ¿Conocen las langostas haitianas? Son bien sabrosas, rojas, grandes y baratas. El ritmo vertiginoso, el “voy a poder con los imprevistos”, las sensaciones que te transmiten sus voluntarios, las ganas de vivir que tienen, la manera de vivir la vida, el aquí y el ahora, sin perder de vista el futuro.
- Los protagonistas de esta exposición son los voluntarios, ¿qué podemos aprender de ellos a través de tus fotografías?
Que un mundo mejor no sólo es posible, sino que el cambio ya ha comenzado.
- ¿Cómo ha sido trabajar con una organización internacional como TECHO?
Desde que comencé a trabajar en 2011 con otras organizaciones, cada proyecto ha servido como puente al siguiente. Internet ofrece hoy un mundo de posibilidades y las redes se extienden a lo largo del mundo. Las redes sirvieron para poder contactar y que comenzaramos a plantear el proyecto ‘El corazón de Haití’.
- Si tuvieras que quedarte con un mensaje de esta exposición, ¿cuál sería?
La superación total de la pobreza es posible.